Ni la pesadez del tiempo
ni lo que queda minuto a minuto
del pesar que en nuestras espaldas quedan.
Ni la asfixia
ni el sentido doblemente absurdo
de las palabras que vanas recorren la nada.
Y lo que queda de sencillo en este mundo
lo que sobra de entendimiento
y lo que nadie sabe ver...
¡Qué pena!
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